A partir del 5 de abril TOD@S a la oficina  en semanas alternas.

Así lo ha comunicado la empresa este pasado jueves, tras reunir a la Comisión de Seguimiento del covid-19, y con el beneplácito de sus socios sindicales.

De esta manera reactivará el plan #RECOMENZAMOS, que había quedado en suspenso a finales del pasado año por los elevados índices de contagio de coronavirus acumulados en todo el territorio.

Y nos preguntamos si era necesario. Porque parece que no hemos aprendido gran cosa.

Tras la relajación de las medidas de seguridad a nivel general en las fiestas navideñas, ya se produjo una nueva ola de contagios y las comunidades autónomas tuvieron que aplicar nuevas restricciones para contenerla.

Ahora la empresa se escuda en una tendencia de mejora continuada para justificar un retorno que califica como una grandísima oportunidad para “volver a encontrarnos en nuestros puestos de trabajo, para colaborar, compartir y conectar en persona”.

Obviando que, tras la más que probable nueva relajación de medidas de cara a la Semana Santa, volverá a haber otro repunte general de contagios, una vez pasada esta.

Entonces ¿ cuál es la prisa  para recuperar la actividad presencial?

Los índices de población vacunada  en España siguen siendo mínimos(en torno al 3%) y nos encontramos TODAVÍA MUY LEJOS DEL 70%,deseable para alcanzar la denominada inmunidad de grupo, imprescindible para regresar a la tan ansiada normalidad.

Los expertos estiman que no se llegará a ese porcentaje hasta finales del presente año, lo cual significaría que LA DECISIÓN DE LA EMPRESA  de retomar el regreso a las oficinas ES PRECIPITADA  y no se justifica, sobre todo teniendo en cuenta los altos niveles de eficiencia  alcanzados durante el año que ya llevamos trabajando en remoto.